Identificar a tiempo una avería en el sistema de climatización evita reparaciones costosas, mejora la calidad del aire interior y mantiene a raya la factura energética. Estos son los síntomas, causas técnicas y pasos de diagnóstico que recomendamos desde campo.
Síntomas tempranos que no debes ignorar
- Ruidos anómalos o vibraciones: zumbidos, golpes o chirridos suelen indicar desbalanceo de ventiladores, rodamientos fatigados o piezas sueltas.
- Pérdida de rendimiento: tarda en alcanzar la temperatura, hay zonas frías/calientes o el caudal de aire es débil.
- Olores o aire “pesado”: filtros saturados, baterías sucias o bacterias en bandejas de condensados.
- Fugas de agua o humedad: obstrucción en desagües, falta de aislamiento en tuberías frías o condensación excesiva.
- Consumo eléctrico disparado: compresores trabajando fuera de punto, válvulas de expansión defectuosas o pérdidas de refrigerante.
- Alarmas de control: sondas fuera de rango, alta/baja presión, limitadores térmicos, disyuntores.
Causas más habituales
En nuestra experiencia, la mayoría de incidencias derivan de falta de mantenimiento (suciedad en filtros y baterías), desajustes de control (sondas descalibradas), fugas de refrigerante (rendimiento pobre y congelación) y problemas eléctricos (conexiones flojas, contactores).
Protocolo de diagnóstico rápido
- Inspección visual: estado de filtros, bandejas, goteos, paneles.
- Mediciones básicas: temperatura de impulsión/retorno, presión diferencial en filtros, intensidades eléctricas.
- Refrigeración: comprueba presiones, subenfriamiento y sobrecalentamiento; evalúa válvula de expansión y posibles obstrucciones.
- Ventilación: verifica giro, correa, rodamientos, vibraciones y caudal.
- Control: revisa sondas, termostatos, setpoints y estrategias de paro/arranque; anota alarmas históricas.
¿Cuándo parar el equipo?
Si hay olores a quemado, chisporroteos, humos o disyuntores disparados repetidamente, corta la alimentación y solicita asistencia técnica. También si detectas congelación de baterías o tuberías: forzar la marcha puede dañar compresores.
Prevención: el mejor antídoto
Un plan de mantenimiento preventivo con limpieza regular, registro de parámetros y calibraciones reduce drásticamente las averías. Para instalaciones críticas, añadir predictivo (sensores + analítica) ayuda a anticipar fallos de rodamientos, ventiladores o compresores.
Normativa y registro
El RITE obliga a conservar libro de mantenimiento e inspecciones. Documentar incidencias y acciones facilita auditorías y decisiones de renovación.
Conclusión
Escuchar al sistema, medir y actuar a tiempo es la tríada del éxito. Si detectas cualquiera de los síntomas descritos, agenda una revisión. En TH Mantenimiento realizamos diagnósticos y reparaciones con enfoque en fiabilidad y eficiencia.